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Mecenas de MODAVISION®

Antonio Camaró y Pedro Adalid: Mecenas del Arte, la Moda y la Paz
 
El prestigioso concurso de moda  alcanza nuevas alturas con el respaldo de dos figuras fundamentales del panorama cultural: Antonio Camaró y Pedro Adalid, quienes se han convertido en mecenas de esta iniciativa  Cultural Global   que une arte, moda y creatividad.
 
Antonio Camaró, artista internacionalmente reconocido, ha dado un paso más en su legado artístico al crear una obra exclusiva para el Concurso Internacional de Moda. Esta pieza, concebida especialmente para el evento, simboliza la perfecta fusión entre arte y moda, destacando la conexión entre creatividad, estética y valores universales. Con su inconfundible estilo, Camaró transmite un mensaje de belleza y armonía, realzando el espíritu del concurso y otorgándole un carácter único.
 
Por su parte, Pedro Adalid, Doctor académico y experto en filosofía del arte y de la paz, aporta su visión integradora y su compromiso con el diálogo entre la estética y los valores humanistas. Como mecenas, Adalid refuerza la dimensión filosófica y transformadora del arte y la moda como motores de cambio y conexión humana.
 
Juntos, Camaró y Adalid no solo apoyan con su liderazgo y generosidad este evento, sino que lo elevan como un espacio que trasciende las fronteras del diseño y la creatividad para convertirse en un legado cultural duradero. Su contribución asegura que el Concurso Internacional de Moda MODAVISION®  no sea solo un escaparate de talento, sino también un encuentro con los valores que enriquecen la sociedad.
Reflejos de Glamour
La litografía “Reflejos de Glamour”, diseñada exclusivamente para el Concurso Internacional de Moda MODAVISION® – MODA SE VISTE DE PAZ, es una creación del renombrado artista internacional Antonio Camaró, cuya obra trasciende la estética para adentrarse en la reflexión sobre la moda como expresión de identidad, elegancia y distinción.
En esta pieza, Camaró plasma una escena donde el estilo personal y la sofisticación se convierten en los verdaderos protagonistas. A través de un lenguaje expresionista y líneas firmes, el artista nos transporta a un universo donde la moda es mucho más que un conjunto de prendas: es un reflejo del carácter, del poder de la imagen y de la manera en que cada individuo elige proyectarse al mundo.
 
Las figuras estilizadas, de rostros geométricos y alargados, evocan la atemporalidad del glamour. La mujer en primer plano, con un vestido elegante de botones en la espalda, encarna la esencia de la distinción y la confianza, destacándose entre la multitud como un ícono de estilo. Su porte, su actitud y la fluidez de sus formas nos recuerdan que el verdadero glamour no reside solo en la vestimenta, sino en la presencia y la seguridad con la que se lleva.
A su lado, la figura mecanizada con una pantalla y altavoces en el rostro introduce un diálogo entre la moda y la tecnología. Este personaje, mitad humano, mitad máquina, parece simbolizar el papel de los medios y la digitalización en la construcción de la imagen pública. Camaró sugiere así una crítica a la influencia de la sociedad mediática en la moda contemporánea, donde la elegancia no solo se viste, sino que se amplifica y se proyecta a través de pantallas y redes sociales.
El trazo expresionista en blanco y negro acentúa la teatralidad de la escena, dotándola de un aire atemporal. Se percibe una fusión entre el cubismo sintético y la abstracción figurativa, con una composición que evoca tanto el clasicismo de la alta costura como la modernidad de la era digital.
En el marco de MODAVISION® – MODA SE VISTE DE PAZ, esta obra adquiere un significado aún más profundo. Nos recuerda que la moda no es solo tendencia, sino un reflejo de la esencia de cada persona. El glamour, en esta litografía, se presenta como un espejo de la individualidad, un símbolo de la elegancia consciente y un recordatorio de que el estilo es, en última instancia, una forma de arte que nos conecta con nuestra propia identidad.